Discrepancia
entre madurez física y cognoscitiva. La edad de la menarquia se ha ido
adelantando, mientras que por otro lado, las condiciones sociales, con
alargamiento del periodo de estudios, mayor índice de paro, dificultades
para conseguir vivienda, etc. hacen que hasta una edad avanzada (por encima de
los 25 o 30 años) la mayoría de los jóvenes no se emancipen de su familia.
Percepción
de invulnerabilidad. El sentimiento de inmortalidad, de estar protegidos de las
consecuencias desfavorables, que pueden ocurrir a otros, pero no a ellos, forma
parte de las características normales de la adolescencia y favorece las
conductas arriesgadas.
Tendencia a
imitar el modelo de conducta sexual del adulto que se muestra en los medios de
comunicación. Actualmente es muy frecuente la utilización del sexo con fines
comerciales en los medios de comunicación, lo que induce a la práctica sexual y
transmite una imagen alterada de la conducta sexual, basada en la violencia, el
sexo como mero divertimento y el sexo “sin culpabilidad”.
Mayor
libertad sexual. La generación de padres de los adolescentes actuales, pasó su
infancia en un ambiente moral muy rígido, dominado por la iglesia, pero
vivió en su adolescencia (década de los 60) una serie de acontecimientos que
impusieron un cambio de la sociedad. Se propagan las ideas de Sigmund
Freud sobre la influencia del sexo en todas las facetas de la vida humana, se
comercializan los primeros anticonceptivos orales, surge el movimiento Hippy,
la revolución estudiantil de Mayo del 68 y la lucha feminista por la igualdad y
la liberación sexual de la mujer. Todo ello explica que la sociedad y la
familia actual sean más liberales y permisivas.
Preocupa el
hecho de que la mayor libertad sexual de que gozan los jóvenes en nuestra
sociedad puede estar favoreciendo el inicio muy precoz de la actividad sexual.
Se ha comprobado que tanto la educación en un ambiente familiar muy permisivo,
como en una familia con normas muy rígidas o autoritarias conduce a una mayor
precocidad en el inicio de las relaciones sexuales. Los hijos de padres
moderados en cuanto a sus pautas educativas y que dosifican la libertad de
acuerdo con la edad de sus hijos, son los que inician más tarde las relaciones
sexuales. Por otro lado, se ha observado una asociación entre inicio precoz de
relaciones sexuales en la adolescente (15 años o antes) y una mayor incidencia
de problemas ginecológicos y psicosociales en la vida adulta (actitud negativa
hacia su propio cuerpo, conductas fuera de norma, fracaso en los estudios,
etc.).
Actitudes y
valores sobre el comportamiento sexual. La decisión del adolescente de tener
relaciones sexuales cuando se siente atraído por alguien dependerá de
parámetros como: expectativas sobre el nivel de estudios (los adolescentes que
piensan ir a la universidad retrasan más tiempo su primera relación sexual) y
sus actitudes y valores respecto a la sexualidad, que pueden a su vez estar influenciados
por las actitudes familiares y culturales. En un reciente estudio, basado en
modelos de regresión múltiple, Werner sobre una muestra de 1600 adolescentes,
demuestra que las actitudes sexuales en la mujer están más influenciadas por
factores familiares (comunicación con los padres, participación de éstos en la
educación sexual, etc.), mientras que en los hombres está más influenciada por
factores individuales (edad, religión, autoestima, etc.). En general la mujer
tiene una sexualidad menos centrada en los aspectos genitales que el hombre, y
valora más los aspectos de relación.
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