3 de mayo de 2012

TRIBUS URBANAS EN LA ADOLESCENCIA

Las tribus urbanas, con todo el abanico de posibilidades que ofrecen, atraen al joven. Son los hijos de la televisión, viven al día, quieren tener sus propias guerras, y se sienten unidos y divididos por la música y la forma de vestirse. "¿Para qué estudiar, si el grupo ya nos da los conocimientos que queremos?", dicen.

Hay tribus más pacíficas y otras más violentas. La primera noticia de la existencia de los skinheads (cabezas rapadas), por ejemplo, la tuvimos en los estadios de fútbol (hooligans, ultras, tiffosi, etc.). Derivaban de sus homónimos británicos (que en la actualidad están en vías de extinción en el Reino Unido), y fueron en su inicio un movimiento antirracista, imitando en su vestimenta a los rude boys que habitaban en los guetos de emigrantes jamaicanos. Su ideario era el antimilitarismo, el rechazo del poder y la anarquía como forma de vida. Su uniforme, la cazadora Harrington, las botas Doctor Martens y el pelo "al cero" (para imitar a los negros). Históricamente, los skinheads británicos son herederos de una escisión de los mods de finales de los sesenta y de los punkies de los años setenta. Ahora, algunas tribus han cambiado de ideario y los fines de semana se dedican a la caza del negro, los "sudacas" y los magrebíes... y se enzarzan en violentas batallas con las tribus de punkies (sus enemigos naturales; se dice que una tribu no vive si no tiene otra enfrente); en el mundo de los skinheads no acostumbra a haber chicas, y a los 23-24 años ya no se es skin...

Sin ánimo de agotar el extenso repertorio de las tribus que pueblan determinadas ciudades, regiones o países (cada uno cuenta con sus propios especímenes), hagamos una rápida revisión de las más descollantes. Los bad boys o brack boys hacen graffiti en las paredes con la ayuda del aerosol, practican el break dance y llevan el pelo rapado en los laterales de la cabeza. Los hardcore-skateboard tienen su música (el hardcore) y practican el monopatín (también se llaman skaters). Los heavies lucen melena, "chupa" (cazadora negra llena de chapas y clavos) y pantalones muy estrechos, y no reivindican nada ("ser heavy es vivir la música", dicen). Los motarás viven para su moto. Los okupas se dedican a invadir pisos y locales desocupados. Los punkies o punks llevan los pelos pintados, peinado muy tieso en forma de cresta y rapados los laterales de la cabeza, beben cerveza (la popular "litrona"), fuman porros y su música es el rock duro; el color rosa es su preferido; se consideran basura, mierda, podridos (enfrentados a los skinheads, considerados "puros" o "niños limpios"); un auténtico punky a los 30 años o lo matan o muere (se tiran al metro: "ritual de morir"). Los rockers siguen el rock y la moda americana (hay varias familias: los teddy-boys, los rockabillies, los psychobülies). Los bakalaeros suelen ir en manada los fines de semana, de discoteca en discoteca, y cuando circulan en coche lo hacen con el aparato de música a todo volumen. Los grunges constituyen un movimiento neohippy con toques ecologistas, visten prendas que les van grandes o demasiado pequeñas, siempre de segunda mano, lucen melena larga y despeinada en ambos sexos, y ellos perilla mal cuidada. Los rappers surgieron en las calles del Bronx de Nueva York hacia los años ochenta, al son de la música de origen africano rap que incita a la violación y a matar (el expresidente Clinton la consideraba "enemigo público por encima de la droga") y enloquece a los adolescentes (practicantes del break-dancing), precisan vestir chándal, sudaderas, gorras con la visera hacia atrás (todo ello con tallas superiores a las necesarias), y el pelo rapado, a veces con complicados dibujos hechos a cuchilla.

Todo muy folclórico, variopinto e incluso ofreciendo una "estética" gratuita a las ciudades. El problema surge cuando algunas de estas tribus urbanas se ponen en pie de guerra (obviamente, las que tienen un ideario de violencia) y se radicalizan, poniendo en práctica su eslogan: "Vive rápido, muere joven y harás un bonito cadáver."

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